La designación de una "Cultura Popular"

La designación y el reconocimiento de una cultura “popular” nos ayuda a desprendernos de una concepción elitista y nos anima a encontrarnos sin prejuicios, dado que ésta no puede considerarse propiedad de algunos elegidos o sectores privilegiados : cultura es la expresión viva del pueblo y hacer cultura es también hacer política.
Las ciencias encuentran su material y sus problemas allí donde las configuraciones y las modificaciones del mundo externo pueden ser aprehendidas como expresión de la vida humana. La física y la química exploran la piedra como estructura material. Pero el hecho de que esta piedra hace tiempo haya sido convertida en martillo gracias a un par de duros golpes o el hecho de que en ella se hayan grabado varios signos complejos la convierte en documento de una humanidad. Y así se refleja a través de su materia un sentido anímico; percibido de tal manera se ha convertido, de un golpe, de un objeto de la mineralogía en un objeto de las ciencias del espíritu.
En cuanto a Cultura algunas cosas nos serán más cercanas (nosotros mismos las hubiéramos podido haber hecho), algunas otras más extrañas. Pero también lo más extraño: las costumbres de una tribu negra, las formas audaces del arte de las cultutas de origen de América, encuentran en nosotros fuerzas e impulsos de algún género (tal vez latentes, que nunca se han manifestado en nuestra propia vida), a partir de los cuales aquellas pueden ser comprendidas. Es posible que entonces se despierten en nosotros atavismos o que partes calladas y negadas de nuestro ser, que hemos rechazado y alejado del sistema orgánico de nuestra personalidad, resuenen del mismo modo que una cuerda oculta resuena por sí misma cuando en otro lugar suena su tono. Aquí radica (el sentimiento del infinito enriquecimiento que todo hombre con conciencia histórica siente frente a la historia. En forma copiosa viene a nosotros una cantidad de contenido humano que por propia fuerza nunca hubiésemos realizado, ahora vivificado por el contacto con nuestro sentido, y que parte siempre de las riquezas del mundo histórico.

Texto de consulta : Hans Freyer "El concepto de Filosofía de la Cultura"

La Ciencia Política y su fundamentación

La Ciencia Política aborda el debate epistemológico que le es propio: el Estado y las relaciones que entabla con el Mercado, el Gobierno y las instituciones que lo conforman; los regímenes políticos, particularmente el democrático, y los partidos políticos, principales responsables de la agregación y articulación de intereses en las democracias respectivas.
Se pretende poder hacer una lectura diferente de la realidad en un contexto de profundo cambio estructural. Se trata de una mirada no dogmática, ya que la ciencia construye su conocimiento a través de una permanente confrontación de ideas.
El eje central que interesa a la reflexión de carácter politológica es el problema del ORDEN en general y orden político en particular. El hombre en tanto ser social, desde tiempos remotos vive en comunidad dando de esta forma sustancia y contenido a una estructura social, que ha ido variando y complejizándose históricamente. Uno de los elementos integrantes de esta estructura social se vincula con esta idea de orden, su significado y alcance ha sido tema de debate y discusión, por cierto aún no resuelto ni cerrado. El orden ha significado distintas cosas y se ha expresado y configurado de diferente manera a lo largo del tiempo y el espacio. El orden de la polis griega, no es igual al orden romano, ni al orden feudal, ni al orden de una sociedad moderna y esta a su vez se diferencia del orden posmoderno.
En este sentido, la filosofía, la ciencia política y disciplinas conexas como la sociología política han sido muy fructíferas en la producción de marcos teóricos - conceptuales, como así también en la elaboración y aplicación de técnicas y herramientas metodológicas para el estudio del orden social y político. Las ideas o nociones de sistema, régimen Estado, Moderno, autoridad, legitimidad, gobernabilidad, administración, entre muchos otros constituyeron distintos caminos de expresión de la preocupación por el problema del orden.

lunes, 10 de agosto de 2009

Manual de Zonceras Argentinas (Arturo Jauretche)

Extractos
"¿Los argentinos somos zonzos...?". "Las zonceras que voy a tratar consisten en principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia -y en dosis con la apariencia de axiomas, para impedimos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido... A medida que usted vaya leyendo algunas, se irá sorprendiendo, como yo oportunamente, de haberlas oído, y hasta repetido, innumerables veces, sin reflexionar sobre ellas y, lo que es peor, pensando desde ellas."
"Basta detenerse un instante en su análisis para que la zoncera resulte obvia, pero ocurre que lo obvio pasa con frecuencia inadvertido, precisamente por serlo."
"Su fuerza no está en la argumentación. Simplemente excluyen la argumentación actuando dogmáticamente mediante un axioma introducido en la inteligencia -que sirve de premisa- y su eficacia no depende, por lo tanto de la habilidad en la discusión como de que no haya discusión. Porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera -como ya se ha dicho- deja de ser zonzo,"
"Para hacerlo sólo se requiere no ser zonzo por naturaleza ... ; simplemente, estar solamente azonzado, que así viene a ser cosa transitoria, como lo señala el verbo."
"Tampoco son zonzos congénitos los difusores de la pedagogía colonialista. Muchos son excesivamente vivos porque ése es su oficio y conocen perfectamente los fines de las zonceras que administran: otros no tienen ese propósito avieso sin ser zonzos congénitos: lo que les ocurre es que cuando las zonceras se ponen en evidencia no quieren enterarse; es una actitud defensiva porque comprenden que con la zoncera se derrumba la base de su pretendida sabiduría y, sobre todo, su prestigio."
"Las zonceras son principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia -y en dosis - con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido"
"Las zonceras no se enseñan como una asignatura. Están dispersamente introducidas en todas y hay que irlas entresacando... se apoyan y se complementan unas con otras, pues la pedagogía colonialista no es otra cosa que un puzzle de zonceras. ...de la comprobación aislada de cada zoncera llegaremos por inducción -del fenómeno a la ley que lo rige- a comprobar que se trata de un sistema, de elementos de una pedagogía, destinada a impedir que el pensamiento nacional se elabore desde los hechos, es decir desde las comprobaciones del buen sentido."
"Civilización y barbarie, esa zoncera madre que las parió a todas: Todo hecho propio por serlo, era bárbaro y todo hecho ajeno, importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues, consistió en desnacionalizar."
"Descubrir las zonceras que llevamos adentro es un acto de liberación: es como sacar un entripado valiéndose de un antiácido, pues hay cierta analogía entre la indigestión alimenticia y la intelectual. Es algo así como confesarse o someterse al sicoanálisis -que son modos de vomitar entripados-, y siendo uno el propio confesor o sicoanalista".

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